Y a veces esa invisibilidad que portamos se genera en el útero materno.
En el artículo anterior te hablaba de cómo nos afecta la invisibilidad de algún ancestro de nuestra familia. Si no has leído el artículo puedes hacerlo aquí y previamente te hablaba de lo invisible que eres y puedes leerlo aquí.
¡Ahora que ya estás al día seguimos!
Me baso en este artículo en las imágenes obtenidas en un Taller de Sistémica Organizacional. En este caso veíamos que los conflictos que generaban algún boicot a nivel laboral procedían de esa invisibilidad en el útero materno.
Manuel, hombre de edad madura, después de tres años en “paro” o sin una identidad laboral estable en ese momento, se decantaba por varias alternativas profesionales.
En la Sistémica Organizacional un elemento que es muy frecuente es el dinero/clientes. En este caso se presentaban varias opciones laborales y el dinero como retribución por ellas. En cuanto estuvo la constelación formada el representante de Manuel comenzó a caminar de forma muy rápida y constante, literalmente no paraba. Era agotador verle en ese movimiento por momentos nervioso y rápido. Los demás representantes del sistema: Las opciones laborales y el dinero, se mantenían estáticas observando el movimiento de dicho representante.
Si nunca has estado en una Constelación, imagínate una obra de teatro en donde diferentes personas interpretan otros tantos personajes, en este caso elementos laborales, profesionales del interesado: socios, negocios, activos, marca personal, dinero, pasivos, etc. lo que surja en cada caso. Y a la vez esos personajes de la obra de teatro no tienen un guion definido, se dejan llevar por lo que sienten en ese momento. En el argot se dice: “Por el movimiento del sistema”.
Una vez visto cómo se manifestaba el sistema de Manuel, observo al representante del dinero – desde este momento nombraré a cada representante por lo que representa. Ej. Representante del dinero, será simplemente “dinero”. Y le pregunto a dinero cómo se siente, pues parece enfadado, allí en una esquina de la sala con cara de pocos amigos y los brazos cruzados. Dinero contesta que está muy enfadado, de los nervios, que si pudiera iría junto al representante de Manuel y lo pararía. Que no soporta verlo moverse así. Le invito a hacer la acción si así lo siente y dinero responde que no puede acercarse porque Manuel (su representante) no para quieto. Obviamente él sigue moviéndose y las opciones laborales siguen quietas sin moverse y observando. La vida profesional está parada porque sólo se mueve Manuel, y la vida no puede llegar a él. Una lección de presencia y quietud que no es atendida en este caso.Pregunto a Manuel cómo se encuentra y dice que no puede parar de moverse y que no sabe por qué. Busca algo, necesita algo pero no sabe qué es. Simplemente no puede parar. Entonces se inicia el movimiento de una de las actividades laborales que recorre la sala buscando la manera de frenar el movimiento de Manuel, pidiendo ayuda a los otros representantes, sin éxito y aumentando el caos. En ese momento pido a mi cliente que escoja un representante para un miembro de su familia.
Una vez más la familia se expresa como el núcleo de la vida por excelencia. Amar a la familia es amar la vida. Amar la vida es amar la familia.
Una vez que está dentro del sistema, Manuel poco a poco baja el ritmo de su caminar, se posiciona al lado del nuevo representante y se agarran del brazo, y dice que ahora está bien. Esto genera que el dinero ceda en su enfado, aunque de momento no se acerca a Manuel y los otros representantes ya no estén inmóviles, es decir, las opciones laborales ya se han descongelado, se empiezan a mover.
Este representante que acaba de salir y modifica el curso de los acontecimientos en este sistema es una hermana de Manuel, un gemelo evanescente, que es aquel que se pierde en el útero materno, que no llega a nacer, y en este caso nunca fue visto, siempre fue invisible pues nadie conocía de su existencia. Manuel, el cliente, sí sabía de ello pues esta información la conocía desde hacía varios años a través de un Estudio de MetaGenética.
Esta información que creía que estaba resuelta todavía necesitaba ser vista en profundidad, hacerse más visible. He aquí otro ejemplo de partes invisibles en nosotros y en nuestro clan familiar. La constelación continúo hasta llegar a un resultado satisfactorio.
Otro caso es el de Nuria, mujer de mediana edad que tiene su vida a todos los niveles atascada.No hay movimiento, nada se consolida: la situación laboral, la pareja…
Está viuda desde hace años, ha emprendido varias actividades profesionales, se está formando en una rama de la medicina natural mas nada se mueve en su vida, nada cuaja.
Una vez que su sistema está representado y después de darse varios movimientos muy lentos, destaca un representante con mucha vida, mucho ánimo, mucha decisión que intenta estimular al grupo. Se mueve feliz, con decisión, interpela a los otros para que realicen acciones. No lo logra. Este representante es un bebé no nacido.
No me gusta usar el término de aborto, feto, etc. pues desde mi sentir ese término no representa una cualidad de vida amorosa o amada. Un “nasciturus” en derecho romano y en la legislación actual representa a un no nacido, a ”aquel que va a nacer” y en todo caso es un término más humano y cariñoso para nombrar a un alma cuya vida no llegó a desarrollarse fuera del útero materno, pero sí en su interior, aunque en muchas legislaciones no tiene personalidad jurídica, no se le reconoce como persona. Por ejemplo la legislación española, hasta el 2011, lo consideraba feto hasta las 24h después de nacer, aunque sí se le reconocían ciertos derechos, como el derecho de tutela. Actualmente se le reconoce como persona una vez cortado el cordón umbilical (Reforma de la ley 20/2011, de 21 de julio que modificó la redacción del artículo 30 del Código Civil).
Existen legislaciones actuales y más humanas, como las de Rep. Dominicana, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Perú que dan protección especial al Ser Humano desde el momento de la concepción y es considerado persona desde ese momento.
En el caso que nos ocupa una vez que los representantes del padre y de la madre le miran de otro modo, “lo ven”, lo hacen visible y lo integran en su sistema familiar”, la constelación o lo que es lo mismo, el sistema de Nuria, su vida, empieza a ponerse en marcha. Aquello que llevaba tanto tiempo retenido, años, sólo era un modo de expresar que había una parte invisible en su vida, en su clan, en su sistema, y una vez que se realiza una mirada amorosa hacia ello, la vida se vuelve a poner en marcha.
La Sistémica le da la razón a esos derechos más humanos y amables donde la vida es vida desde el primer momento y conforma a la persona pues en realidad ahí ya está el alma asentada, el ánima, lo que anima y da vida y necesita ser vista, hacerse visible.
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