Yo soy Lilith
Se nos ha mostrado a Lilith como la mujer rebelde, como una parte oscura a la que hay que temer, la proscrita, la que no puede ser mencionada y mucho menos seguida o ejemplificada.
Parte de la historia, la astrología, la filosofía arquetípica han generado una deuda con esta parte femenina tan noble, pura, tan auténtica y amante de sí misma.
Lilith es el amor propio, el amor personal, la confianza en los propios atributos, la expresión de la naturaleza primigenia.
Lilith también es la fuerza, la inocencia, la dulzura, el saber cómo actuar en cada momento.
Liltih es la seguridad de no perderse a sí misma para reconfortar al otro.
Lilith es el conocimiento de sí misma y el honrar ser quien cada una y cada uno es, en todo momento y por encima de cualquier circunstancia.
Lilith es la esencia que no se oculta, la fuerza que no tiene límites ni permite ser limitada.
Lilith es la diosa, la reina, la primera mujer sobre la creación, que habitó el paraíso, que fue hecha a imagen y semejanza de Dios-Diosa y que no permitió ser condicionada.
Fue la primera mujer en negociar su singularidad con Dios y dejó atrás el paraíso para ser ella misma. Y en esa negociación se convirtió en un punto matemático en el universo, ni siquiera negoció ser un astro, asteroide, estrella o cometa, sólo un punto numérico con la capacidad, inteligencia y voluntad de hacerse sentir en cada una de nosotras y de vosotros.
Se le propuso a Lilith ceder su fuerza, su poder, en aras del masculino, Adán. Y ella rechazó quebrar parte de su expresión y se fue, completa, auténtica, llena de vida, con el compromiso de ser un legado para todas nosotras, vosotros y recordarnos lo que somos. Un femenino completo en sí mismo, sin necesidad de medias partes, de otra mitad.
Lilith pasó a ser la luna negra, la innombrable. Y se creó a Eva de la costilla de Adán, lo cual garantizaba que no iba a rechazar esa identidad: la luna blanca, domada, silenciosa, receptiva, a la espera…, aquello en lo que pretendían convertir a Lilith; y la bella luna blanca nació para ser ensalzada pues representaba la parte aceptada del femenino. Y Lilith que en su pureza, su inocencia, se mostraba tal cual era independientemente de las circunstancias, quedó encerrada en el silencio, expatriada del reino de los cielos y pasando a la historia como la endemoniada, acallando con ello la creativa y sexual fuerza vital del femenino, esa fuerza que conecta con lo natural, con la magia, con los poderes de sanación, adivinación, intuición, propios de cualquier femenino saludable.
Y la bella luna, a la cual honramos en cada ciclo lunar, silenciosa, nos recuerda que el femenino está amputado.
Lilith es María de Magdala, que pasa a la historia como la prostituta sagrada, como la proscrita, cuando en realidad es el complemento divino del maestro Jesús. ¿Te das cuenta de la diferencia?, ¿te das cuenta de lo que acallas cuando escondes a Lilith?
Ella es la pureza, la ternura, la luz que se ha ocultado y espera poder iluminarte y sacarte de esa carencia de ti misma.
Lilith es la belleza que hay en cada una de nosotras, nuestra inocencia… Y la era de Acuario, es femenina, es Lillith.
En el Club de Estudios Conscientes para Magas, Magos y Aprendices, recuperamos a Lilith como parte de nuestra sabiduría y elemento fundamental de la magia
Somos Lilith!
Lanzarote, 27-7
Muchísimas gracias Ana María y muchísimas felicidades !! Qué regalo más guay!!
Un beso enorme y disfruta mucho de tu día 😊❤️