Hoy te cuento la historia de María Eugenia.
Ella tiene 12 años y un sin fin de pequeñas dolencias, algunas ya han llegado a enfermedad con la edad.
Además tiene los pies planos, presbicia, le salen manchas en la piel en situaciones en las que se siente amenazada desde que entró en la pubertad, ante la presencia de los niños, y sobre todo en ambientes más íntimos en los que ella puede pasar vergüenza ante la exposición de su cuerpo: compartir un vestuario, estar en la piscina o cuando se viste con ropa sin mangas…
María Eugenia porta el nombre de sus dos bisabuelas y en él, además de los atributos físicos de ambas mujeres, pues María Eugenia se está convirtiendo, muy a su pesar, en una bella jovencita, lleva sus memorias de dolor, miedo, impotencia y frustración.
La bisabuela María vivió maltrato familiar en su infancia, maltrato social y de parte de los hombres cuando en su juventud se vió obligada a emigrar, ella sola, y teniendo que buscarse la vida para sobrevivir desde sus 15 años, edad a la que María se acercaba peligrosamente antes de realizar a través de su madre, un proceso de MetaGenética, a través del cual llegamos al origen del problema, a la memoria y desde ahí cambiamos la información que portaba.
La bisabuela Eugenia, también fue una niña no reconocida, se esperaba un varón, después de varios abortos y la llegada de la niña, que no servía como mano de obra para el campo, y se la consideraba un estorbo, generó que ella, nuestra María Eugenia, ahora viva desde el sobre esfuerzo, de querer demostrar siempre su valía, sobre todo antes los hombres, de gustarle los deportes masculinos y establecer luchas de poder con ellos en el campo de juego hasta llegar a lesionarse gravemente. Y de sentirse menospreciada y humillada ante su presencia, aunque ellos no le han hecho nada, pero vive a través de esa memoria heredada, creando una realidad ficticia que ella siente como verdadera.
Esta es la situación actual de gran parte de nuestros niños, niñas, adolescentes, que viven de un modo condicionado. Y no ayuda la visita médica para estas situaciones, pues el origen no es detectado por los medios convencionales. Nuestra medicina actual y tradicional no atiende a la causa, solamente parchea el síntoma y muchas veces a través de prueba error lo que provoca consecuencias colaterales. La medicina y diferentes recursos sanitarios no miran hacia el lugar correcto, hacia el alma, hacia el linaje… Y si no vamos a la causa no hay solución. Es una ley universal, cada causa produce un efecto, conociendo la causa y con el tratamiento adecuado, se libera la causa a través de su transformación.
Estamos en un momento crítico como humanidad, pasamos o no pasamos, avanzamos o nos quedamos… te lo vengo contando y no me voy a repetir.
Como padres, como educadores, como terapeutas, la clave está en conocer y practicar, a través de las herramientas de consciencia, avanzar con el tiempo, entrar en la sencillez de la solución mirando hacia el lugar adecuado, con las técnicas adecuadas y poniendo la atención en la raíz, no en el fruto.
Y AQUÍ te presento la solución que podrás aplicar por ti mism@ como madre, educador o terapeuta.
Te deseo paz, coherencia y responsabilidad.
Feliz nacimiento del sol.
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