El sanador no sanado

Últimamente vengo observando desde dónde sanamos como terapeutas.

Personalmente he ido evolucionando y he pasado de sentir que “ayudaba” en el proceso de sanación desde el Akasha (desde el alma de las personas, de los animales, incluso desde el alma terrestre), a hacer uso de la Consciencia para ese proceso de “ayuda” al otro. Tengamos en cuenta que en realidad nunca “ayudamos” a nadie sino que mostramos un camino para transitar.

Como dice Emilio Carrillo, más o menos: “ayudar es poner en desventaja al otro y ponerse, el que ayuda, en un plano de superioridad”. Es decir, de algún modo creamos necesidades de ayuda, creamos víctimas, enfermos…, para poder así ser ayudados y poder nosotros ayudar.

Este entendimiento ya lo había observado desde la idea del perdón. Nos ponemos en una posición de superioridad cuando creemos que podemos perdonar a otros, incluso a nosotros mismos. Si no hay juicio no hay perdón. Aunque este es otro tema y no quiero desviarme de la idea del sanador que sana desde su herida no sanada.

Estoy observando a personas que ayudan a otros, o bien lo pretenden, y que han desarrollado un gran despliegue de medios e incluso grandes negocios desde sus propias heridas. Y dicen sanar a otros desde esas heridas cuando ellos no sólo no las han sanado sino que las mantienen muy activas, pues han descubierto un filón de oro, lo cual no está nada mal si hubiera coherencia en el proceso.

Me explico:

• Si hablan de ellas es que todavía forman parte de su realidad. De lo contario ni se acordarían de sus procesos de dolor o sufrimiento.
• Están en resonancia con ellas. Por eso siguen hablando, conectando con esa información.
• Si consiguen clientes, pacientes…, es que ambos están en resonancia, por lo cual ambos, a algún nivel, comparten la herida, la información, el dolor, sufrimiento.

Si esas heridas emocionales, mentales, físicas, estuvieran resueltas no estarían presentes en su día a día.

Y lo que es mejor, al montar un negocio sobre ellas las están perpetuando y quizá agrandando. Al ser tan presentes, al estar en su discurso cada día, no sólo no ayudan a sanarlas sino que las ayudan a mantenerse y crecer.

Me pregunto hasta qué punto son conscientes de ello y evitan sanar la herida para no perder el negocio, con lo cual serían un fraude, pues muestran un camino que no han recorrido, ya que son sanadores de algo que sí, han vivido, pero sigue presente en su día a día, sin aplicar a sí mismos la transformación que ofrecen al otro.

Cuando atraes a un público, cliente, paciente determinado es que estás resonando con esa herida y te estás compinchando desde el inconsciente para ese encuentro. No me refiero a casos aislados, me refiero a cuando tu perfil de cliente es uno muy concreto, con una herida común y además utilizas mil y una estrategias para atraerlos.

Obviamente, esa herida se está usando como motor de atracción.

El día que me di cuenta de ello flipé por colores…

¿Y tú qué opinas de esto?