Estamos saliendo de un modelo económico que nos ha esclavizado a través del hacer y el tener. Cuánto más hago más puedo tener, y con ello acumular, y entrar en una rueda de consumo en la que vales por lo que tienes. Y más grave aún, si no haces lo suficiente para tener, puedes pedir prestado y generar deuda. Con lo cual la curva hacia lo irreparable es mayor.
Aún hay quién está viviendo desde esta paradoja, que lo es desde el momento que retroalimentas el querer tener más para ser más, algo irresoluble en sí mismo, porque esta rueda de hámster es difícil de parar. Aunque no imposible y veremos cómo.
No sólo el planeta no tiene donde almacenar más residuos, sino que hemos llegado a un punto de deconstrucción límite con los recursos de Gaia, convirtiendo lo natural en artificial, cambiando petróleo por plástico. Y con ello acabamos viviendo nuestra propia vida llena de artificios y carente de sentido. La mirada externa que nos lleva a un sueño hipnótico que nos aleja de nosotros mismos, de nuestras capacidades y potenciales. Y sólo como una muestra: nos aleja de la capacidad de disfrutar, de dar frutos, de obtener nuestros frutos de modo natural, sencillo, relajado, simple.
De vivir desde el ser y el sentir y no el padecer y obtener.
Es decir, cambiar el proceso de HACER – TENER – SER por SER – HACER – TENER.
Desde el Ser quien somos realmente, hacemos lo que mejor preparados y dotados estamos para hacer y eso resulta en atraer lo que queremos tener.
¿Desde dónde vives y desde dónde te gustaría vivir?