¡Me Quedé de Piedra !
Cuando hace unos días vi por la calle a una señora de cierta edad que iba tan, tan peinada, que en aquel pelo no se podía percibir ni un movimiento. Y lo curioso es que a lo mejor la señora no era de tanta edad, quizá como mi madre, no mucho más. Pero iba tan, tan repeinada con un peinado de esos medio cardados y con laca por todas partes, que me sobrecogí. ¡Hacía tanto que no veía a nadie tan peinada ! Me dió la sensación de que estaba momificada y percibí de que era una expresión de su interior. No era ella la momificada, sino sus ideas, creencias, que quizá llevaban siglos creciendo de una cabeza a la otra de todas las mujeres de su familia.
Enseguida me di cuenta de cómo sería la estructura mental de aquella mujer. Me vino la idea de que quizá sus ideas, creencias y por lo tanto sus comportamientos deberían de ser los mismos que los de sus abuelas o bisabuelas. De verdad, lo vi con una claridad !! Y ahí lo entendí.
Llevamos tatuado en toda nuestra apariencia externa aquello que bulle o bien que está paralizado en nuestro interior.
Y sentí tristeza por la señora del pelo repeinado, eso es peor que lo del moño.
Si temes que te ocurra a ti, no te preocupes, al final del artículo, te regalo una meditación que te ayudará a conocerte un poco más conociendo a tus ancestros. Antes déjame que te cuente…
Sentí tristeza porque no entiendo como se puede pasar una vida siendo igual, siempre la misma persona, sin la oportunidad de conocernos más, de sorprendernos, de permitirnos vivir nuevas experiencias, sin conocer nuevos lugares, saborear nuevos sabores, cantar y bailar con diferentes sonidos… Y hay tanta gente así !!! La monotonía ataca las neuronas, ataca la salud, ataca el optimismo, ataca la posibilidad de reinventarnos cada día. La monotonía para el tiempo y cuando el tiempo se para estamos muertas.
Lo digo siempre, no se trata solo de ir a una huelga feminista ni salir a la calle a defender nuestra dignidad. Sobre todo se trata de nuestro diálogo interno, de mirar hacia adentro, de permitir reinventarnos, y sobre todo de Ser Nosotras Mismas sin morir en el intento.
Despeinada se vive mejor porque
ello significa que te abres a los cambios, que sabes que cada día es diferente.
Piénsalo bien, en realidad cada día siempre es diferente: Un día llueve, otro hace sol, otro está nublado. Ya solo por esto es diferente. Y además tú también lo eres: quizás tengas una cana más, o un kilo de menos, quizá te hayas dado cuenta de que eres coherente contigo, o quizás hayas descubierto que no cantas tan mal en la ducha. Sólo el proceso del sueño te hace diferente. No eres la misma que cuando te quedaste dormida. Entonces, ¿por qué no te permites vivir cada día con apertura, con otra mirada, de un modo diferente?
Nada va a cambiar en tu vida, ni vas a lograr resultados diferentes, ni va a llegar el hombre ideal, ni vas a ser más reconocida en tu trabajo, si no realizas un cambio interno importante.
Quizá no sepas cómo hacerlo, o nunca te lo hayas planteado. Romper nuestras barreras mentales, nuestras estructuras emocionales es más difícil que romper la barrera del sonido. Esto en todo caso se logra en unos segundos y romper con la apariencia de quien somos, lo que creemos de nosotros mismos, nos lleva un poco más. Es fruto de una labor mirar hacia adentro e ir bajando metros hacia nosotros mismos, hacia nuestro interior.
Por eso sé el gran valor que tiene vivir despeinada. Te propongo que a lo largo de una semana salgas de la ducha con tu pelo tal cual, ni un peinado, ni un cepillado, nada, no hagas nada ! .¿Te atreves a probar?. Parece un absurdo, una insignificancia, pero te apuesto a que hay mil excusas para que no lo hagas.
Y si de verdad quieres hacer algo importante para tí busca una manera de romper con todo aquello que conoces de ti y abrirte a la mujer desconocida que vive en ti y que anhela ir a su bola. ¿Y qué mejor momento que el verano para hacerlo? Ummm, de esto te hablaré otro día.