Entendemos por lazos kármicos aquellos que se generan a través de aprendizajes no resueltos. En la consciencia es posible subsanarlos a través de la voluntad, con la intención y una acción adecuada, compasiva y amorosa.
Cuando conocemos la información que se retiene del proceso evolutivo en nuestro linaje y, por lo tanto, en nuestra alma, es sencillo resolver estas situaciones. A la vez, con una intención pura de avanzar, de ayuda al proceso personal y del linaje, es posible que a través de la consciencia se libere la información necesaria.
A veces basta una mirada de afecto, una palabra de gratitud, de amorosa entrega al clan al que pertenecemos, para avanzar en aquello que quedó retenido en el tiempo. La conexión con el femenino es fundamental en este momento. A través de la meditación reconectamos con la línea de nuestras mujeres y nos reconciliamos, hombres y mujeres, con los méritos de lo femenino.
En cualquier proceso de crecimiento consciente, la calidad de nuestra energía es primordial. Nuestra calidad energética en una vibración elevada es garantía de una vida alegre y en confianza.
A través de esta meditación llegamos a la reconciliación con la naturaleza sutil en nosotras desde la conexión con la inocencia, el cuidado y la protección a nuestro mundo emocional.
En un universo polar, la capacidad de unir los polos opuestos y generar una unidad es primordial. Esta meditación está dirigida a reconciliar ambos opuestos en nosotras, generando paz y coherencia en nuestro día a día.