Esta es una historia real con nombres ficticios. La escribo como modo de dar a entender la importancia de los mensajes que algunos niños traen a la familia y las consecuencias de no atenderlos.
Hace unos 8 años una persona conocida me pidió ayuda para su sobrino. Adrián tenía 3 años y padecía leucemia. Entraba y salía del hospital con tanta asiduidad como otros niños de su edad lo hacían de la escuela.
Antes de tratar al niño me dirigí a su alma y le pedía permiso. Ante mi sorpresa me dijo que no necesitaba ningún tipo de ayuda, que estaba bien, y que si quería jugar con él. En ese nivel del alma él jugaba en un campo verde lleno de flores, y me insistía para que me fuera a jugar con él. Me explicó que él sabía la misión que portaba y que la enfermedad era un recurso para ser escuchado. Y también sabía que su estancia entra la familia sería mayor o menos en función de si era escuchado o no.
Comenté a Alba esta información. Poco podíamos hacer salvo intentar que la familia modificara el comportamiento que Adrián esperaba y yo desconocía. Alba me explicó que en la familia había un gran conflicto desde la separación de los abuelos paternos del niño. Entendí que el niño sólo pretendía que reinase la paz entre ellos.
En otra comunicación con el alma de Adrián, éste me dijo que era suficiente con que su abuelo paterno conociera su existencia. Ello pasaba porque se pusieran en contacto con él y se lo comunicaran. La importancia no radicaba tanto en anunciar la existencia del niño, como en que se restableciera la comunicación entre ellos. Hablé de ello con Alba y me dijo que era imposible que se diera esa situación, más iba a intentar algo. Resumo en pocas líneas una situación que se prolongó por varios meses. Cada vez que Alba hacía un movimiento para que la familia se acercara, o hablaba con alguien que pudiera cooperar para lograr ese fin, al niño le daban el alta, cada vez que había un retroceso, al niño lo ingresaban. Y así durante meses. En un momento, ya a la desesperada, Alba habló con un tío del niño. Nadie más había querido escucharla. En ese momento el niño salió del hospital. La respuesta de su tío es que él creía en algo de estas cosas, pues había viajado a Indía y tenía una cierta cultura dentro del mundo espiritual… Pasaron las semanas y se echó atrás, no comunicó a su padre la existencia de Adrián. Algo tan sencillo y que se tornaba tan complicado. Había mucho odio, rencor, falsedad, dolor y la familia no se hablaba, estaba dividida en bandos.
A las horas de recibir esta información me comunican que el niño ha ingresado en la UCI. ME pongo en contacto con él y me pide que vayamos a jugar al campo con flores. Le pido que me explique qué está pasando, por qué de nuevo está ingresado y me dice que su tiempo se termina. Que siente que no hay nada más que hacer y que se tiene que ir. Él está contento, feliz, ajeno al dolor humano, pues él desde su inocencia y pureza no es más que un emisario para que esa familia crezca. Nos despedimos y comunico a su tía esta información.
Unos días después siento su presencia por la mañana temprano. Me pide que avise a su tía de que se va, sólo quedan unas horas. Así lo hago.
Desencarna ese mismo día por la noche. Dos días después se presentó de nuevo, estaba muy feliz, muy contento. Toda la familia se reunió en el tanatorio, su abuelo también. Y sus palabras fueron: «Al final lo logré. Misión cumplida, he tenido que irme para lograrlo». Estaba más contento que nunca, daba grandes saltos en el campo. Por supuesto nos fuimos a jugar juntos un buen rato. A veces, todavía se hace sentir por unos instantes, como recordando viejos tiempos.
En este momento vivo de cerca una situación muy similar. Lara y Susana son dos ángeles que necesitan ser escuchados, traen un mensaje para su familia, sólo quieren que vivan de otro modo, más sosegado, más consciente, diferente. Más la familia no acaba de entender. Ellas también están dando el mensaje, a gritos cada vez que entran en el hospital. Ayer Lara entró en la UCI. ¿Cómo hacer entender, respetando el libre albedrío de cada uno, que si al ángel mensajero se le cortan las alas, él se va??. ¿Quizá diciendo que queda poco tiempo?