Estamos ante uno de los momentos más interesantes de este año 2020.
Numéricamente este es un año 4, en un día 5 y en un mes 6. Hay un orden y una proyección hacia adelante en esta fecha.
Este eclipse del 5 del 6 nos invita a dejar ir, a soltar, a desestructurar, nos invita a quedarnos en la nada, en permitir soltar todo y quedarnos solo en el presente y con el presente, el regalo de lo que vivo ahora.
Dejar ir incluso las experiencias que hemos vivido, no retenerlas, que no ocupen espacio en ningún lugar de nuestro Ser, quedarnos en vacío en el presente, ahora.
¿Qué me trae Ahora?, ¿Cual es el presente cuando incluso lo vivido lo transformo en sabiduría, se queda en alguna parte de mi, en algún lugar sutil y me quedo expectante ante lo nuevo?
Este eclipse es una montaña que forma parte de una cordillera que se da a lo largo de este año, una cordillera de eclipses en donde cada uno nos trae una reestructuración nueva.
Y esta vez toca escalar, toca hacer la parte que corresponde pues se está creando el nuevo Yo. La parte de nosotros que nos ha traído hasta aquí necesita morir para dar lugar al nuevo Yo que habita en la nueva tierra, en el nuevo mundo consciente que ya está aquí.
No importa lo mal que veas las cosas afuera, son movimientos de manipulación y si lo vemos desde un punto más interesante es una parte del juego que nos permite ver hasta que punto estamos atentos. Todo se va a caer nos guste o no y no es necesario, adecuado ni inteligente salir ahí afuera a sostenerlo. Deja que caiga no sea que una parte del muro en su caída te entierre a ti.
Atiendo a mi propia realidad, a eso que desde mi interior proyecto afuera, o atiendo al circo de las sensaciones que se crea ahí afuera y pretende manejarme como una marioneta. Lo veo y no participo. No entro como un payaso a la arena.
Si estás a lo que toca es probable que ni sepas lo que ocurre ahí afuera pues tus sentidos están contigo, creando tu vida, construyendo lo que quieres experimentar. Lo decía ayer en la primera sesión del Club de Estudios Conscientes para magas, magos y aprendices. Cuando vemos algo ahí afuera, con miles de seguidores, millones de seguidores que hacen lo mismo, que firman lo mismo, que se unen para la mismo, es parte de una manipulación. Ni te acerques a ese movimiento pues puedes quedar presa, preso de las redes de la inconsciencia.
Vivimos un despertar masivo aunque no lo es tanto como para llenar millones de firmas de cualquier cosa.
Este despertar a Acuario es un conectar con nuestra maestría interna, con lo que sentimos que hemos de vivir cada día, y nuestro maestro interno camino por senderos solitarios, a veces escarpados, y no está en el centro de la plaza del pueblo sumándose a ninguna marcha, protesta o pancartas negras en nuestro muro de Instragram. Es parte del mismo juego.
Tu maestro interno estará como el mío en un camino solitario, buscando su recorrido, generando experiencias para ser vividas y dejarlas ir. Nuestro maestro quizá se encuentre en algún recodo del camino, se salude y continúe a paso firme en pos de su misión.
Desconfía de todo lo que huela a masas, a movimientos, el tiempo de las muchedumbres, del pastor con los rebaños, de los aduladores que prometen la salvación eterna ya se ha ido, entre otras cosas porque lo eterno es ahora, no es después, porque la «obligación» de vivir, de disfrutar, de conectar con la alegría y con la tristeza es ahora.
Este eclipse nos invita a entrar en el vacío y desde ahí permitirnos ser y sentir de nuevo. No dejes que ninguna marcha externa llena de buenos ideales te aleje de tu propio ideal, vivir aquí y ahora la vida eterna, vivir aquí ahora el cielo en la tierra, ser consciente de ti misma y saber que en ti están las respuestas, la sabiduría y la acción.
Es momento de la nada, de vaciarse para construir entre todos esta nueva tierra que ya está aquí. No te distraigas.