Sí, sí, no me mirés así !!
Hace 1985 años ocurrió algo que aún hoy recuerdas y no te hace mucha gracia !!
En aquel momento vivías en otro cuerpo, en otra mente, en otro alma, y en realidad puedes pensar que no eras tú !!
Y es posible, no lo sé, pero lo que sí sé es que algo de tí viene de aquella mujer de tu linaje que vivió aquel momento.
Perpetuamos a través de los siglos aquello que no resolvemos !! Y somos la misma célula que lo fue aquel antepasado por lejano que sea.
Tu linaje se llama así porque es una línea recta hasta tí. Esta palabra «linaje» procede del provenzal linhatge, compuesto de linha (línea, del latín línea) y -atge (conjunto, del latín -aticum). Se refiere al conjunto de antepasados y descendientes. La palabra latina línea viene de linum (hilo). Quiero decirte que hay un hilo que no es invisible con aquellos que vivieron aquel momento y ese hilo llega hasta ti con esta información.
Una vez aclarado esto te cuento un hecho , que es verídico, pero que no ha llegado hasta nuestros días de este modo. Te invito a que la leas como una historia o como algo real. En todo caso observa cómo te sientes al leerla y dale la categoría según tu sentir. Te invito a leer desde el sentimiento y no desde la razón.
A lo largo de la Historia diferentes personajes muy queridos, seguidos y aclamados por el pueblo, población civil o cómo quieras llamarle, nos trajeron un mensaje de poder personal, de creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades. En estos mensajes se nos comparaba a niveles internos con la naturaleza, con una semilla, con un grano de mostaza, con un niño, con un pensamiento creador y en definitiva con aquello que durante siglos otros llamaron divinidad. Una divinidad externa, exenta de personalidad, de sensibilidad hacia lo que pasa o deja de pasar con cada uno de nosotros. Una divinidad ante la cual teníamos que arrodillarnos para suplicar clemencia, perdón, redención y mil sinónimos en esta línea. Y ese no era el mensaje ni tampoco el mensajero. Y aquí se resume todo lo que te quiero contar hoy.
Hace 1985 años aquellos que no querían escuchar esa información, privilegiada para nuestra evolución, se encargaron de hacer desaparecer el mensaje y el mensajero, o al menos eso intentaron. En nuestro corazón lo conocemos y vida tras vida volvemos para hacerlo nuestro, para alcanzarlo.
Este mensaje como bien sabes internamente nos habla de nuestra capacidad de crear nuestra realidad. De hacerlo en consonancia con el entorno, con la naturaleza, con los ciclos de la vida, con el sol, el agua, los animales. Nos habla de la unidad de consciencia entre todos los habitantes del reino terrestre. Y llega ese mensaje cuando el hombre, igual que hoy, estaba siendo esclavizado por innumerables poderes fácticos. Antes usaban el trabajo, hoy se usa el placer, el consumismo, el poner la atención afuera, el perdernos de nosotros mismos. Se pasó de una esclavitud más física o otra más emocional. Ahora está de moda querer de todo y cuanto más caro, mejor. Muchas personas trabajan para pagar todo aquello que no necesitan y vivir una vida de plástico, de usar y tirar. Están viviendo una vida de plástico y un klínex.
Se distorsionó totalmente el mensaje, porque en ese momento se produjo una lucha de poder. Una de las primeras luchas que nos traen hasta hoy y no nos permiten vivir desde el corazón, desde la sensibilidad, desde el sentimiento, desde la mirada pura exenta de miedos.
El maestro Jesús no deja a Pedro, tampoco a Pablo, como testigos de su palabra. El maestro Jesús entrega a su mujer María de Magdala el testigo de su misión. Y juntos la realizan durante muchos años. No sólo en Egipto, sino también en Europa. El verdadero legado lo portaba y lo porta María. Todas las Marías. El femenino. Y ¿en qué se ha convertido todo esto? En una usurpación.
La Iglesia nace como el tercer poder apoyando al poder militar y político-económico y necesita inventarse el cielo y el infierno para domar la creencia en uno mismo. Para domesticar al hombre. La Iglesia crea la figura de Pedro como el que porta el legado del mensaje de Jesús. En el primer Concilio de Nicea, s. IV (381 d. C), se acuerda modificar el contenido de los escritos que llega hasta aquel momento y reconvertir el mensaje, el mensajero y crear una Iglesia patriarcal. Y eso no importaría si esa iglesia hubiera ideado su mensaje, si tuviera algo propio, auténtico… Pero han plagiado. No era Pedro quien portaba la semilla de la nueva humanidad, era María de Magdala. Y el mensaje no era de pena, de lucha, de tristeza, de cielos venideros y de infiernos con puertas bien grandes con ascensores inexistentes que impiden ascender.
¿Y qué traes tú hasta aquí: María, hija de María, nieta de María, bisnieta de María? Si este nombre está en ti y en tu familia, y lo rechazas, quizá ahora sepas por qué. Quizás te resuene como tu poder interno, que conoces pero no te atreves a manifestar. La mujer, a la que llamaré María, pues todas portamos esta imposición del silencio de nuestras verdaderas capacidades, ha visto como la manifestación de su naturaleza, de su sabiduría, de su poder han sido acallados desde, al menos, el momento del que te estoy hablando. Esto ha dado como consecuencia luchas de poder entre el hombre y la mujer. El hombre quiere para sí un rol que le han dicho que le pertenece y la mujer quiere para sí un rol que sabe que le pertenece. Llevamos 1985 años de retraso y con mayor intensidad 1637 años. Tanto el hombre como la mujer han sido utilizados. Y hay que salir de esta historia, hay que salir de la lucha entre el femenino y el masculino, entre el patriarcado y el matriarcado, entre ella y él. No es nuestra historia. Estamos viviendo en un cuento inventado por aquellos que tenían ansias de poder.
¿Y qué hacer con todo esto?
Como mujer recuperar tu poder, que además es ilimitado, igual que en el hombre. Como hombre observarte profundamente y obtener los valores de lo que realmente sientes. Como sociedad saber que somos iguales y cíclicos. Y respetar el ciclo que ahora vivimos en donde la mujer recupera su linaje, la palabra y el mensaje que custodia a través de los siglos.
Y ahora es el momento de que la mujer retome su compromiso con su femenino, que el hombre reinvente su masculino y juntos iniciar un camino de armonía.
No quiero terminar sin prevenir de l@s fals@s profetas que todavía siguen existiendo. ¿Cómo identificarl@s? Escuchando lo que dicen de sí mism@s. Si se vanaglorian de… si se auto nombran esto o lo otro… Si dicen ser algo relevante, entonces es una fals@ profeta !!
¿Estás de acuerdo? ¡Déjame tu comentario!