Y ahora más que nunca.
El tiempo ha cambiado, ya no es lo que era, y tiene que ver, este cambio, con múltiples factores que se nos escapan, como el electromagnetismo terrestre, el cambio de era.
El tiempo, como lo entendíamos hasta ahora era un medidor de experiencias, de pausas para poder aprender, integrar, o dejar de aprender y seguir generando las mismas experiencias hasta dar con el aprendizaje.
El tiempo ahora no es lo que era porque se ha acelerado y está destinado a desaparecer tal y como lo conoces pues es un tiempo anormal y desnaturalizado. Demos tiempo al tiempo, para ver este cambio del tiempo como factor de nuestra existencia.
Y aún así, la vida siempre nos da segundas oportunidades y el tiempo hace otro giro para volver al punto de partida y realizar el aprendizaje no aprendido.
Conocí a Mary en una meditación ritual que realicé en una montaña sagrada, aquí en Lanzarote.
Una mujer valiente y fuerte aún dentro de la debilidad de su convalecencia. Los 3 últimos años le habían pasado factura con dos enfermedades muy graves y en las que tuvo que tomar decisiones muy complicadas. Decisiones de vida o muerte. Quedamos para tomar un té y hablar de algo que era de interés para mi familia. Y, mira lo que son las cosas, que no era ese el motivo por el que nos encontramos.
Hace unos días le realicé una Lectura de Registros Akáshicos, gracias a la confianza que había adquirido en esos encuentros. De nuevo la enfermedad le impedía continuar con su vida. Apenas un mes después de haberla conocido la vida le presentaba una nueva oportunidad de aprender una lección: la de soltar algo.
Y este tiempo en el que vivimos ahora, acelerado, cuántico, permite que con una pequeña toma de consciencia se renueve la vida completa.
La información del Akasha, a través de su Alma, fue muy sencilla, directa, tanto que parecía mentira que esa infinitésima comprensión pudiera devolverle la salud, darle más tiempo, regalarle la vida.
Y ahora hemos de aprender a vivir desde la observación de lo pequeño, de lo más pequeño que ocurre en nuestras vidas, en nuestras sensaciones, pensamientos, emociones, sabiendo que cada elección y acción cuentan tanto como aquellas grandes decisiones que tomábamos años atrás. El reloj se para y lo pequeño, lo mínimo se hace inmenso.
La vida a cambio de responder con certeza a la pregunta ¿Cuánto estás cuidando de ti?
Y ahí algo hace click y la vida comienza de nuevo, de un modo diferente, sensacional, consciente. Desde el amor más maternal y sincero hacia una misma. Esta es la respuesta a casi todas las preguntas.
Y de ello va la vida para Mary y para todas nosotras: ¿Cuánto estás cuidando de ti?
A veces nos cuesta saber lo que la vida nos demanda, cuáles son los aprendizajes, las lecciones, el para qué de las experiencias, cuál es el sentido de la vida. Y estas respuestas están en lo más profundo de cada una de nosotras, y es sencillo aprender a llegar a ellas, por una misma, ejerciendo nuestra maestría interna, a través de recordar cómo conectar, hablar, dialogar con nuestra Alma…
En este enlace te ofrezco información de como recordar